"...subito comprai due cavalli, di cui uno d'Andalusia della razza dei certosini di Xerez, stupendo animale, castagno d'oro; l'altro un hacha cordovese, più piccolo, ma eccellente, e spiritosissimo."

(Vittorio Alfieri, La Vita scritta da esso - 1790, 1803)

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Naturalmente nessuna analogia fra me e Vittorio Alfieri. Riporto le sue parole perché mi sarebbe piaciuto vivere in Andalusia quando ci venne lui.

domenica 14 ottobre 2012

PASEO, INCLUSO UN POCO ARBITRARIO, ENTRE LITERATURAS N.6 – El gran teatro egipcio

Tawfīq al-Ḥakīm: De la noche a la mañana. Trad. Joaquín Vallvé Bermejo. En Teatro, La gente de la caverna y tres piezas en un acto. La casa de las hormigas; De la noche a la mañana; El canto de la muerte. Varios traductores. Madrid 1963. Instituto Hispano Árabe de Cultura. Colección de autores árabes contemporáneos, n. 2

1- Biografía; el contexto
2- De la noche a la mañana: composición y contenidos esenciales
3. Elementos estructurales del texto y personajes
4. Tawfīq al-Ḥakīm y Chéjov
5- De la noche a la mañana y la anti-política de hoy

1- Biografía; el contexto

Tawfīq al-Ḥakīm (Alejandría 1898 – El Cairo, 1987), fue hijo de un juez. Empezó estudios de Derecho en París pero los abandonó unos años después. Conoció el teatro europeo, sobre todo, aunque no sólo, el francés.
Su padre lo obligó a volver a Egipto y, un tiempo después, él se trasladó a El Cairo. Tuvo cargos institucionales en el Ministerio de Educación y luego en el Ministerio de Asuntos Sociales. En 1951 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional Egipcia. Luego, desempeñó un papel relevante en el Consejo Superior de las Artes y Humanidades y se convirtió en Representante Permanente de la UNESCO en París.
Fue uno de los escritores más destacados de la literatura árabe moderna. Escribió mucho: novelas – entre ellas el Diario de un fiscal rural-, una autobiografía y decenas de obras teatrales. Fue el verdadero fundador del teatro egipcio y el autor dramático más importante del mundo árabe. Su escritura teatral abarca obras de orientación realista y fantástica, con aperturas a la metafísica.
La actividad literaria de Tawfīq al-Ḥakīm siempre estuvo unida al compromiso social y político para la transformación de la sociedad egipcia, su modernización y la lucha contra los graves prejuicios que causaban atraso y sufrimiento.

El escritor vivió los acontecimientos más importantes del Egipto moderno: la ocupación inglesa, la
concesión de la primera constitución y la fase de esperanzas de renacimiento; la revolución que abatió la monarquía y la llegada de Nasser al poder; la desastrosa Guerra de los Seis Días con Israel; el final de la experiencia de Nasser, con sus luces y sus sombras; los largos años de poder de Sadat; el desarrollo de un nuevo integrismo islámico, duramente reprimido. No fue testigo, sin embargo, de la caída de la Unión Soviética que tendría importantes repercusiones en todo Oriente Medio.
A diferencia de muchos escritores árabes de este periodo, Tawfīq al-Ḥakīm conoció Europa y su literatura, pero permaneció la mayor parte de su vida en Egipto y su obra literaria se puede considerar un “canto” continuo, dramático e intenso, que acompaña e interpreta el desarrollo de los acontecimientos de su país durante buena parte del siglo XX.
La estrecha relación con la vida y la atmósfera de su país se encuentra tanto en sus obras consideradas realistas como en las que se consideran simbolistas (realmente, las teorías de los géneros y subgéneros estrictas, presuntamente “objetivas”, impulsadas principalmente por los estructuralistas de diversas matices, a menudo agotan la comprensión profunda de un escritor, son muchas veces etiquetas empobrecedoras1).
P. Martínez Montávez pone entre los autores del teatro europeo que fueron importantes para Tawfīq al-Ḥakīm, además de los dramaturgos franceses, a Chéjov, Pirandello y Brecht.

El escritor egipcio recoge a la vez incluso aspectos del teatro clásico griego. No por casualidad escribió su Edipo Rey o otros textos que evocan la cultura griega clásica.

2- De la noche a la mañana: composición y contenidos esenciales

Tawfīq al-Ḥakīm publicó en 1950 el primero volumen de su Teatro de la sociedad, en que incluyó la comedia De la noche a la mañana, escrita en 1946. La pieza pone en escena una historia de oportunismo que concierne a las más altas autoridades como a la pequeña burocracia, a los hombres como a las mujeres, o mejor, a la única mujer que comparece, un personaje totalmente privo de capacidad de pensamientos suyos. El contexto es el de la monarquía egipcia débil y corrupta, que está bajo la influencia del Reino Unido ante de la revolución del 1952.

Hay seis personajes en esta obra de un único acto: el Ministro, el Novio, la Novia, el Secretario, el Ordenanza y el Criado, más un personaje colectivo, constituido por las voces de las personas que aclaman al ministro.
La historia es bastante sencilla. El Ministro, por un acontecimiento político que no está especificado, ha sido destituido de su cargo. Su Secretario se niega a ir a su casa para despedirse de él, a pesar de que el Ordenanza le comunica que el Ministro le espera. El empleado quiere prepararse para la llegada del nuevo Ministro que, según piensa, será seguramente adversario del que ha caído. Por eso, no quiere demonstrar su proximidad con el ex-Ministro.
El Ordenanza introduce en escena a otro personaje, al Novio de la hija del Ministro depuesto, que está esforzándose por salir de una angustiosa situación: ha escrito al ex-Ministro, antes de su destitución, para fijar la fecha de la boda con su hija, la Novia. Pero cuando se da cuenta de que el Ministro ha perdido su cargo, considerando que este matrimonio ya no es rentable, se arrepiente de haber enviado la carta y quiere recuperarla.
El Secretario, hablando con el Novio, expresa su desprecio y su rabia hacia el ex-Ministro. Por fin, encuentra el sobre y se lo da al Novio que lo abre con cuidado y sustituye la carta en la que fijaba la fecha de la boda con otra en la que anuncia la ruptura del noviazgo.
Golpe de escena: se sabe de repente que en el nuevo gobierno que acaba de formarse, el Ministro saliente recupera el cargo que tenía antes. Ahora el Secretario tiene que borrar ante al Ministro la mala impresión de su negativa de ir a despedirse y disipar los rumores que, seguramente, han surgido sobre sus expresiones de desprecio e ira contra él. El Novio, por su parte, se encuentra en
el punto inicial: ahora quiere recuperar la carta en la que comunicaba la ruptura del compromiso, porque le conviene, de nuevo, casarse con la hija del Ministro.
Después de algunas peripecias bastante ridículas, el Novio, con la ayuda del Secretario, podrá otra vez recuperar la carta y destruirla.
El Secretario parece convencer al Ministro de que él siempre le ha sido fiel y leal, y que no se fue a despedirse de él porque confiaba en su vuelta al poder.
Queda fijada la fecha de la boda que, sin duda- imagina el espectador - se celebrará con una gran fiesta.
3. Elementos estructurales significativos del texto y personajes sin drama

Esta obra – así como las otras en un acto que he leído de este autor, La casa de las hormigas y El canto de la muerte – respeta casi completamente las unidades aristotélicas, concentrando la acción en algunas horas. De verdad, no hay una unidad de lugar, porque la acción empieza en la
oficina donde trabaja el Secretario y en el Segundo Cuadro se desplaza a la casa del Ministro.
La breve durada de la historia hace que el cambio, el desarrollo y la resolución de las situaciones dramáticas adquieran velocidad y sorprendan no sólo a los espectadores, sino incluso a los personajes, que se adecuan con oportunismo, hipocresía y actitud servil a los giros de la suerte. El mismo título de la obra - De la noche a la mañana - subraya el tiempo breve de la historia y la rapidez del cambio de “viento político”.
Los personajes, tienen rasgos sencillos, son “tipos” - marionetas con una única dimensión -, como los animales parlantes de las fábulas, que representan un único vicio o una única virtud. Obviamente manifiestan su carácter y su mediocre visión de la vida sobre todo por medio de las palabras. No hay contradicciones profundas en ellos, no hay drama: las contradicciones se engendran por los acontecimientos externos, y los personajes intentan – en general con buen éxito, desde su punto de vista – adaptarse a los cambios de la suerte, sin tampoco sospechar que puede haber, más allá de la conveniencia, cuestiones éticas en las actuaciones públicas y privadas: son almejas sin conciencia, que, cuando un fuerte movimiento del mar las desplaza de su escollo, tienen como único objetivo pegarse a otra roca. Estar pegadas a algo es, quizá, su felicidad.
Es especialmente interesante la escena en que aparecen la Novia, el Novio y el Ministro, a los que se unen otros personajes.
Hay, en esta parte, momentos en los que la Novia y el Novio hablan a solas. El Novio tiene un comportamiento raro, pero su futuro suegro finge no darse cuenta de sus despropósitos. La Novia espera del Novio una actitud amorosa, al menos formalmente: espera lo que es “normal”, para ella, lo que, en su opinión de pobre chica educada a un sentimentalismo vacío, se usa desde tiempos inmemoriales entre prometidos, mientras que el Novio dedica su atención a los traslados impredecibles de las cartas y después a las llaves del cajón. La Novia manifiesta su perplejidad a través de observaciones muy controladas, que hacen hincapié en los buenos modales.
Leemos el pasaje de un diálogo entre los novios:

La Novia ¡Es sorprendente!
El Novio ¿Qué es lo sorprendente?
La Novia Lo que estamos hablando. ¡Es curioso! ¿No te das cuenta? Desde la primera pareja, cualquier novio o novia cuando están a solas hablan de la luna, de la brisa, de la separación o del encuentro, pero raramente se le ocurre a ninguno de los dos ponerse a hablar de cajones y de llaves.
El Novio (Se recobra) ¡Ah!, perdón.2
(ob. cit. p. 201)

Además, pequeños hechos cómico-grotescos marcan el largo diálogo entre los tres: el derramamiento del café, por parte del joven angustiado, sobre la chaqueta del futuro suegro; el intercambio de consideraciones entre el Ministro y el Novio, sobre el nombre del perro; el juego infantil de la cuenta en el que el Novio involucra a la Novia para intentar conseguir su objetivo de obtener la carta; el perro que se lanza con el llavero en la boca al jardín perseguido por el Novio... Se trata de una parodia del amor, que, sometido a convenciones sociales y a consideraciones de conveniencia personal y, al mismo tiempo, impregnado de un falso sentimentalismo, se convierte
en algo deforme y ridículo.
Esta parte de la obra (Segundo Cuadro) ofrece un pequeño espectáculo “buffo”, en que la acción se hace convulsa – me hace pensar a las antiguas películas mudas de “tartas en la cara” - dentro de la representación principal: los personajes se esfuerzan de tener una conversación respetuosa de las convenciones, pero la incontrolable inquietud del Novio que intenta alcanzar la carta, contradice continuamente la compostura formal de esta hipócrita vida familiar. Además el diálogo entre el Ministro y el Novio sobre el nombre del perro y el juego de la cuenta de los novios parece anticipar el teatro del absurdo (no es de extrañar que Beckett y Ionesco despertarán, en los años siguientes, un gran interés en Tawfīq al-Ḥakīm).
Al final llega el Secretario, que, con argumentos extravagantes, logra persuadir al Ministro de su fidelidad y su lealtad (o, tal vez, el Ministro no está realmente convencido pero finge creer a su
subordinado porque necesita no tanto personas leales como aduladores para permanecer en el poder).

4. Tawfīq al-Ḥakīm y Chéjov
Martínez Montávez subraya que uno de los autores a quien Tawfīq al-Ḥakīm estuvo más cercano es Chéjov. Efectivamente Chéjov, en algunos de sus cuentos, más que en su teatro, se centra en la estupidez de los burócratas, en la tosquedad de las convenciones, en la actitud social de adaptarse y de someterse a los poderosos, en la arrogancia de los que mandan en distintos niveles y
pertenecen a una burocracia zarista que muchas veces ejerce su miserable porción de poder para hacer daño a los que tiene debajo.

Me parece que hay una sorprendente consonancia de situaciones entra el cuento El camaleón de
Chéjov y esta obra teatral de Tawfīq al-Ḥakīm. Sin embargo, Chéjov trata también de la anulación del empleado de bajo nivel (personaje típico de la literatura europea, y no sólo europea, entre la segunda mitad del siglo XIX y el siglo XX) que muere por la ansiedad insoportable y la imposibilidad
de corresponder a las expectativas de quien es un poco más poderoso que él (La muerte de un funcionario público3 y Exámenes para ascender de grado4)
Pues, la postura de Tawfīq al-Ḥakīm, en el texto teatral de que estoy tratando, es muy distinta de la del escritor ruso. De la noche a la mañana es una pieza construida de manera perfecta y “muy teatral” (aunque no sé si se ha representada), pero es intencionalmente unidimensional, no tiene las facetas de la tragedia y de la compasión, además que del grotesco, que están casi siempre presente en las obras del autor ruso.

Una especie de “antítesis” de esta pieza teatral del escritor egipcio es su tragedia El canto de la muerte, en la que la contradicción estalla en el alma del personaje, no llega del exterior: por eso, el prejuicio grosero y despiadado se transforma de un trato en quiebra de la persona que parecía compacta en su rigidez, en dolor hondo, abismal5.

Esta pequeña muestra de piezas teatrales de Tawfīq al-Ḥakīm puede conectarse a lo que dice de este escritor y dramaturgo P.Martínez Montávez:

Genio multiforme, aún le quedarán arrestos en los años por venir para mostrar la ductilidad de su creatividad literaria, su capacidad de adaptación también a la tónica distinta de cada circunstancia, y por ello podrá seguir sorprendiendo en los años por venir con otras muchas facetas de su dedicación teatral siempre inquieta y novedosa.
(P. Martínez Montávez, ob. cit., p. 125)

5- De la noche a la mañana y la anti-política de hoy.

Se me ocurre una última reflexión, que empieza por una pregunta: ¿Podríamos considerar el sentido De la noche a la mañana como algo análogo al sentimiento de rechazo de la política y de todos los políticos que es tan común hoy en día? Creo que muchos italianos y españoles recocerían en esta obra la representación de su ira contra “el poder”. Pero mi respuesta a la pregunta es negativa.

La sociedad a la que se refería el escritor egipcio era muy distinta de las democráticas de los países desarrollados de hoy. Se trata de democracias terriblemente imperfectas, sin duda (y el adjetivo “imperfecto” puede ser considerado un eufemismo). Sin embargo, la responsabilidad de esta “imperfección” es hoy más compartida que en el tiempo en que el escritor egipcio compuse esta pieza teatral, aunque, por supuesto, en diferentes grados, por muchos.

Hoy, gran parte de la ola anti-política (me refiero esencialmente a Italia y España, que conozco
mejor y además no al movimiento 15M que es muy complejo y tiene muchas almas) divide la humanidad en dos partes: una constituida por el pueblo, algo indiferenciado, bueno y víctima de los poderosos (naturalmente quien piensa así se sitúa siempre entre las víctimas, prescindiendo de su papel y de su condición social reales); otra constituida por los políticos (y tal vez por los ricos,
los burgueses, los dueños de las multinacionales y de otras cosas, los periodistas, las televisiones etc.) que serían todos igualmente malvados y manipularían al pueblo inocente.

Yo pienso que el nuestro es el tiempo en que la lucha colectiva tiene que juntarse con la asunción de responsabilidad individual, con la valorización de la individualidad que no es individualismo, con el rechazo de un fácil idealismo que a la vez es regresivo. Por esto estoy de acuerdo con Albert Camus, con lo que él dice en El hombre rebelde6, y no con Jean-Paul Sartre. He descubierto, en esta preparación apresurada para el examen de la Literatura contemporánea árabe, que Camus fue muy leído por los escritores árabes, no sé si también por Tawfiq Al-Hakim. De todos modos, esto me gusta mucho.
1Para demonstrar que mi visión de los géneros literarios es fruto de una larga reflexión sobre este tema y, más en general, sobre el sentido de la literatura, me atrevo a citar mi propio trabajo que hice para otra asignatura y lleva el título: “Apuntes para una breve historia de la concepción de los géneros literarios, con algunas reflexiones personales añadidas”. Véase el enlace http://cavallinidandalusia.blogspot.com.es/2012/01/apuntes-para-una-breve-historia-de-la.html
2P. Martínez Montávez descrive así la personalidad del escritor: “... espíritu inquieto, pero aparentemente distante y alejado, […] agudo observador e intérprete de la naturaleza humana, […] misógino casi impenitente (contrajo matrimonio bastante mayor), […] genial hombre 'refugiado' en su bastón, en su boina y en su gato...” (ob. cit., p. 124). Seguramente en el pequeño discurso de la Novia al Novio, se percibe la “maldad” y la sarcástica, genial misoginia del autor.
4He repasado estos cuentos que están recogidos en una vieja edición en italiano en 6 volumenes: Antòn Cechov: Tutte le novelle. Trad. Alfredo Polledro. Milano 1954. Ed. Rizzoli BUR.
5Este texto está en consonancia incluso con una parte del teatro griego clásico y con el de F.García Lorca. Sobre la relación entre García Lorca y Eurípides, véase el libro de Antonia Carmona Vázquez: Coincidencias de lo trágico entre Eurípides y Federico García Lorca. Prólogo de Manuel J. Ramón Ortega. Colección textos y estudios humanísticos. Madrid 2003: Alcañiz. Es central el dilema, incluso en la tragedia de Tawfīq al-Ḥakīm: entre una ley arcaica, que, por su antigüedad, tiene la cara del destino, y los sentimientos del individuo que se revelan de improviso y lo devastan. El autor respeta plenamente las unidades arístotélicas, en El canto de la muerte, y eso aumenta la sensación de opresión y claustrofobia: física, en esta casa donde llegan los ecos del mundo externo; psíquica, por la clausura de la madre en la estrecha jaula del perjuicio y de la repetición. El tiempo y el espacio están fuera de la escena, pero acontecimientos que llegan de allí bombardean quien está dentro la casa en compañía de sus obsesiones. Eventos remotos siguen royendo la vida: el pasado se come el presente y el futuro. Se podría decir, contra un lugar que se ha hecho común, que a la vez la memoria es una desgracia, una cadena irracional, para el ser humano. Otro aspecto interesante es el ingreso de una pequeña, pero intensa y terrible sugestión lírica en el diálogo teatral: se trata de una canción que, en contradicción con lo que expresa con sus palabras, trae un mensaje de muerte. El autor no pone en escena la muerte, como no la ponían en escena los trágicos griegos. Esto hace más potente el pathos, pues es algo opuesto a la pornografía de la muerte, a la mímesis naturalista y a menudo grosera de la muerte,que domina hoy buena parte del cinema, de los espectáculos televisivos y mucha narrativa, no solo de consumo y produce la indiferencia.
6Ahora este extraordinario libro se encuentra ahora colgado en internet en traducción española. Véase el enlace: http://www.enxarxa.com/biblioteca/CAMUS%20El_hombre_rebelde.pdf

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